Las simples cosas

"Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas,lo mismo que un árbol en tiempos de otoño muere por sus hojas.Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas,esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.Uno vuelve siempre a los viejos sitios en que amó la vida,y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas.Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.Demórate aquí, en la luz mayor de este mediodía,donde encontrarás con el pan al sol la mesa servida.Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo." (cesar isella & cuchi leguizamón)

Por esa época, banco Pelay era un refugio semidesconocido, cerca de Concepción del Uruguay en Entre Ríos, sobre el río Uruguay.
Una playa de arenas suaves y blancas y aguas mansas.
Siempre preferí el río Uruguay al Paraná, lo encuentro más bello, menos caprichoso.
El citröen buscaba llegar a pesar de sí mismo,sentíamos el placer de andar por andar, lo encontramos por casualidad, sin rumbo sin objetivos, sin “ all included".
No teníamos un mango, así que acampamos por ahí, hacía calor no necesitábamos demasiado.
Entre Ríos era el paraíso, con su gente calma y educada y la playa era nuestro caribe privado.
Hoy, está lleno de campings y excursionistas, departamentos, hoteles y a no muchos kms, en Corrientes,nos perdemos montando una guerra con nuestros primos hermanos, los uruguayos, por la papelera que ellos quieren construír.
Me suena a la biblia y el calefón de nuestro cambalache crónico.
!Argentina defiende la “ecología”!: mientras el gobierno de Kirschner sabotea al futuro del campo a cambio de divisas fáciles, negociando con las multinacionales de la soja y su canasta: fertilizantes, herbicidas, tirando por la borda el desarrollo sustentable, que no recuperará la tierra en décadas, por no hablar de los pequeños propietarios sacados a punta de pistola de sus tierras, los usucapiones truchos, el despliegue obsceno de las grandes compañías .
Y Uruguay mueve a sus tropas, defendiendo un proyecto que para ellos significa mucho dinero y puestos de trabajo; más allá de si tiene o no otras alternativas.
La papelera se pone allí, porque a los noruegos, lo que les costaría cinco años recuperar en árboles lo hace aquí en la mitad del tiempo, sin mencionar el caudal del río, etc.. y por supuesto exportar una industria altamente contaminante, pero esa no es la cuestión; sino la contradicción, la perpetua contradicción de nuestras relaciones con un país que nos sirve de Suiza, al que hemos maltratado en más de un sentido y al que le cuesta, más que a nosotros, levantar cabeza después de los trágicos '90.-
Una abuela dice que se autoinmola para impedir que el proyecto siga adelante, ¿será porque los noruegos no negociaron con nosotros?
El río peligra de cualquier manera y mis recuerdos también.